Alquiler de gatos con skills

Miguel entró a la tienda con un propósito concreto. En el mostrador lo esperaba un vendedor con cara de estar aburrido de la vida, acompañado por su más fiel amigo: un gato que parecía tener doscientos años. El animal se desperezó al verlo entrar y le gruñó con desgano. —Buenos días —dijo el vendedor, con voz seca—. Mi nombre es Paco. Se puede retirar, por favor. —¿Perdón? ¿Por qué? —preguntó Miguel. —Mi gato… digo, Lord Trevor le gruñó. Eso significa que quiere que se vaya ya mismo. —Pero apenas me conoce. A veces le caigo mal a la gente de entrada, pero después de un rato… —Nada de un rato. Si da un paso más, Lord Trevor se le va a abalanzar. Y nunca falla un ataque. —¿Y si falla… me puede atender? Paco se quedó pensativo. Miró a su gato. El Lord le devolvió la mirada y le hizo un gesto mínimo, como diciendo: Olvidate, me lo como crudo. —Está bien —aceptó Paco—. Pero no me hago cargo si sufre algún daño por ese ataque certero. Miguel dio un paso adelante. Lord Trevor saltó con ...