La Fiesta Continúa

Baile de muñecos. El guardián de un pueblo vio que en la juguetería “Juguetitos alegres”, los muñecos bailaban, cantaban y se abrazaban con mucha vitalidad al compás de la música. Al acercarse observó como los muñecos bailaban el tango, se los veía enamorados. El guardián decidió relajarse y disfrutar de aquel hermoso espectáculo.
Luego de concluir el romántico baile, se sentaron sobre las cajas, y almorzaron como lo hacían todos los fines de semana, cuando finalmente llegaba su día de descanso. El guardián se había quedado dormido pero los pequeños muñecos, divertidos como suelen ser, dividieron sus roles: uno al órgano, otro con las luces, y un tercero a la batería.
La fiesta se había reanudado. No se podía estipular el número exacto de muñecos involucrados, debido a que llegaban grandes cantidades desde diversas jugueterías de toda la ciudad. Los había de todos colores y formas, y sus movimientos sorprenderían a casi cualquier humano. No suelen mostrar tal elasticidad, pero el festejo lo amerita: finalmente se fundó el sindicato de los muñecos.
Tras cuatro años de arduas negociaciones, los sindicatos muñequeros entraron en funcionamiento. Se comenta que los próximos gremios en surgir serían los de los ositos de peluche, y el de los crayones ( luego de la huelga de los diez días, los cosas no volvieron a ser las de antes).
Los muñecos estaban eufóricos, danzaban despreocupadamente. Una fuerza mayor e inexplicable ejercía poder sobre ellos. El tiempo parecía detenido. El guardián logró reincorporarse y quedó perplejo. Se refregó los ojos, y la imagen no varió. Había muchos muñecos, tal vez demasiados. Incluso le pareció ver ciertos de los denominados “raros”, aquellos que nadie nunca vio, pero se comentaba que existían.

El sereno se retiró lentamente. No deseaba interrumpir semejante diversión. Tal felicidad. Sí, los muñecos eran felices. Finalmente, y a pesar del pesimismo de ciertos estudiosos, la clase muñeco se hallaba en paz. 

Autor: Dario Besada
Fecha: 01/07/2003

Comentarios

Entradas populares de este blog

La apuesta

La parca

Sueños de cuarentena