El Primer Beso

Entró a la cocina y me vio. Ahí, en un rincón, ido. Luces apagadas, música fuerte, perdido en mis pensamientos, en mis dudas, en mis miedos. Yo no estaba en esa habitación. Se acercó como pidiendo permiso, buscando mi mirada, que la esquivaba deliberadamente.

-¿Querés que me vaya? - Me preguntó, mientras se acercaba casi bailando
- No, no. No te vayas. - Le respondí con las escasas palabras que lograron salir de mi boca

Tenía miedo. Era un adolescente, con pánico. Acorralado en una cocina, en una de las tantas fiestas que se hacían en alguna casa en Diciembre.

Ese no fue nuestro primer encuentro, los anteriores fueron bochornosos. Para mi, para ella, para todos los que sabían la historia. El problema era yo, o ella, o todo. Hoy me considero un tipo tímido, pero en aquello años... ¡mi dios! Era un papelón. No podía sostener la mirada de una mujer que me pareciese linda. Si no la podía mirar, ¿ Cómo la iba a encarar ?

Y ella... era preciosa. Fuera de mi alcance, a mi entender. Pero soñar es gratis, al menos hasta nuevo aviso. En una de esas tantas fiestas, me preguntó si me gustaba alguna de las chicas presentes. Titubee, y le mentí. Le dije que tal piba era linda, o algo así. Nada relevante. De ninguna manera le podía revelar que me tenía enloquecido. En su propia cara, imposible. Eso no iba a pasar.

Casi por convención le repregunté, si había algún chico que le gustase en esa fiesta. Yo sabía la respuesta. Estaba saliendo con un chico de la costa, o eso me habían comentado. Ella me miró, con esos ojos verdes que de alguna manera me atormentaban y dijo:

:- Yo sé que estoy de novia... pero vos me encantas.

¡Paren las rotativas! ¿ Había escuchado bien ? ¿ Ella pronunció esas palabras ?  ¿ Dirigidas hacia mi ?

Luego sucedió algo que hoy, casi veinte años después, no termino de entender. No es que nos fundimos en un beso pasional. De esos que te sacan el aliento. No, no. No hubo nada de eso. Yo no la besé.
Estaba todo dado, ella había hecho todo lo posible, y yo no la besé. Me puedo imaginar lo que pensaba esa chica ahí, con menos de 20 años, que había decidido encarar al tarado este que no hacía nada.

En general las mujeres no encaran. Hay excepciones, pero en general es así. Lamentablemente. Y esta chica se había cargado de valor, y lo había intentado. No se si era su primera vez, pero sin dudas fue la menos exitosa.

Yo estaba sacudido, recuerdo que pude decirle algo así como que ella también era muy linda o alguna de esas cosas que no significaban nada. Besala, nene. ¡besala! Increíble. No sé. No tengo idea como prosiguió esa charla, pero sin dudas que la chica se fue a dormir pensando que era un idiota. Y lo era. Un idiota aterrorizado. No se miedo a qué le tenia. A ella, al beso, al rechazo. A algo que incluía esas variables.

Se siguió acercando, al compás de la música. Parecía que lo iba a intentar de nuevo. Le iba a dar otra chance al idiota que no había actuado cuando tenia que actuar. Me hizo algunas preguntas sin importancia, para disimular que estaba cruzando la cocina para acercarse a mi. Como para no hacer esa travesía en un silencio abrumador. Hoy recuerdo esa cocina, y parecía inmensa. Yo la veía acercarse, lentamente, mientras me tenia sujetado con ese par de ojos verdes. No podía huir y...

Cuando volví en mi, la tenía en mis brazos. Estábamos enroscados en un beso. No recuerdo si fue un buen beso. No tenía tiempo para pensar eso. Había demasiada luz, demasiados aplausos... si, la fiesta entera había apagado la música, prendido las luces y nos habían regalado un potente aplauso.

No recuerdo si fue un buen beso. Pero el público, mientras aplaudía fuera de sí,  lo ovacionó de pie. FIN

DARIO BESADA
25/04/2018
35 AÑOS

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