El fin de un Boyo

La charla había terminado. Aunque la relación había terminado antes. Yo no lo sabía. Bah, lo intuía. Pero no tenía la certeza. Ella, en cambio, debía saberlo. Sabía que en cuanto esa charla se dé, todo habría terminado.

Por eso acumuló cosas, reclamos, quejas, y todas esos pequeños detalles que no deberías acumular, si es que pretendes que esa relación (o lo que haya sido esto!) fuera a algún lado. Si te lo guardas, es solo para esperar el momento de la charla final y explotar. Dejando claro que hace un año que te guardas cosas, como para que no intente revertir esta decisión que ya estaba tomada hacía tiempo.

 Porque si tenes algún vago interés... lo sacas a relucir en el momento, para charlarlo, para resolverlo. Si te lo guardas... te carcome por dentro, te destruye. bah, no te destruye a vos. Destruye la relación, rompe las raíces, crea secretos que no debería haber. Y yo... yo no sabia nada.

Esa charla me desconcertó. La escuchaba y pensaba... hace un año que está esperando este momento, y yo acá, ingenuamente pensando que teníamos alguna oportunidad. No fue justo. Pero ¿ qué es justo en esta vida ?

Un año es mucho tiempo. no llegamos al año, pero casi. La realidad es que no me arrepiento. La tristeza me abruma, es cierto, pero no me puedo arrepentir. Después de varias relaciones intrascendentes, encontrar alguien que te despierte interés, no es poco. Te hace sentir que no estás muerto, que hay cosas que te movilizan, aunque por lo visto esos sentimiento no eran tan mutuos como a mi me gustarían, pero tampoco importa.

Sentirse vivo, sentir que no todo te da igual, que no todos te dan igual. Encontrar alguien con quien decís: ok, con vos, daría ese salto al vacío una vez mas.
Cuando crees que va a ser muy difícil encontrar alguien que te movilice así, aparece. Y aunque no sea correspondido, se siente bien. y se siente bien intentarlo, aunque del otro lado haya un iceberg infranqueable. Porque si dentro de x cantidad de años, nos cruzamos en la calle, no me vas a poder recriminar que no lo intenté. A pesar de las cosas horribles que me dijiste esa noche, que me atormentan casi todos los días de mi vida, lo intenté. ¿ Porque ? Porque siento que vale la pena.

Yo si te voy a poder recriminar eso. Que no luchaste. Que te callaste cuando yo lo intentaba. Silencios que pueden significar cualquier cosa. Bah, solo pueden significar una cosa, pero yo soy un tipo optimista y supongamos que hay dos interpretaciones.

1) Estás confundida, no sabes que hacer, y tenes demasiado miedo para jugarte. Así que esperas que el tiempo ponga todo en su lugar.

2) Te callas, porque si hablas, sería solo para decirme mas cosas horribles, que solo puedan lastimarme.

Y ya que seguramente la opción 2 sea la correcta, no se si me gusta ese silencio. Porque abre el paraguas para el punto 1. Y si el punto 1 no existe, prefiero saberlo, aunque duela. Aunque realmente duela.

Hace cerca de un mes que estoy pensando que escribir sobre este tema, preferí que pase un tiempo, antes de volcar todo, cual catarsis. Pero me sigo sintiendo un completo idiota. Porque además de obviar muchas cosas que había pensado escribir, y que no lo voy a hacer, este escrito va a terminar con una puerta abierta, al menos mi puerta abierta. Porque mi fantasía es que un día cualquiera, en cualquier horario, toques el timbre de mi casa y solo me digas: quiero intentarlo de nuevo.

FIN. (o continuará?)

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