La risa de la abuela
Noventa y pico de años tiene mi abuela. Una banda. Hace un tiempo tuvo un ACV que la dejó media media, pero antes de eso iba seguido a su casa y jugábamos a la canasta. También al chinchón, pero la canasta era su fuerte. Yo le decía que hacia trampa, ella se enojaba y se reía. No hacia trampa en realidad, solo me gustaba molestarla y ella se reía. Eran otros tiempos, hace mucho que no la veo reír. Hace mucho que no jugamos, hoy no está para esas cosas. Tiene miles de dolores, se la pasa tomando pastillas y remedios. Vive sola en la casa, cosa que es un problema, porque cuando mi vieja la llama y ella no atiende el teléfono es un caos. Mi vieja piensa que algo malo le pasó y sale disparada a verla. Llega en un estado calamitoso. Deseando con todas sus fuerzas que no sea nada, que el teléfono no haya sonado, o que mi abuela no escuche su ruido, cualquier cosa con tal de que no sea lo que se está imaginando. Hace poco la acompañé en una de esas corridas contra el tiempo. Llegamos y m...