Luz, cámara, propinas

Estaba comprando queso en el chino y la vi. Era ella. Sin maquillaje, con ropa de entrecasa pero podría distinguirla a kilómetros de distancia. ¡Estaba comprando en el chino de mi casa! Yo, que la veía casi todas las noches por la compu, en esos show donde se quitaba la ropa para que la gente le diese propina en dólares. bah, gente... todos eran tipos. En general eran extranjeros pero los de acá podíamos mirar gratis. En cambio los pudientes que colaboraban con dinero podían pedir cosas que ella hacía sensualmente, los otros mirábamos sin pedir nada. Era como algo interactivo, tal vez de ahí el morbo. No era una filmación, si tenías dinero la mujer (también había hombres y parejas) hacía lo que se te antojase. Un mundo nuevo para mi, que no solía salir de los vídeos pornográficos tradicionales que pululan por doquier en la red. Podría decir que caí por error en ese sitio, pero no fue así. Mi situación económica no es la mejor y estaba pensando como generar dinero desde mi casa. Ya que no tengo ningún talento que me destaque pensé que la pornografía podía ser lo mio. Caí en ese sitio para investigarlo pero me volví adicto tan deprisa que se me olvidó el motivo real por el que había entrado. Y la causa principal era ella. Si tuviese dinero lo habría despilfarrado en sus vídeos. En sus show siempre aparecía sola, no tenia un compañero. Era sabido que las parejas recaudaban mucho más. Si ella podría ver esa veta comercial capaz me podría considerar para el proyecto. Incluso yo lo podría hacer gratis, aunque sea al comienzo para sumar experiencia. Ella sabía manejar a su audiencia como una experta, los exprimía hasta el último centavo, sin mostrar ni hacer más de por lo que habían pagado. Y estos tipo sólo veían, no es que la manoseaban ni nada de eso. Era algo así como una obra de teatro subida de tono y ella iba pasando la gorra para que le den propinas.

Traté de no clavarle la vista para que no se percatara de mi presencia. Digo traté porque perdí la noción del tiempo y aunque ella debía estar super acostumbrada de que miles de babosos la mirasen a través de una cámara, en vivo era otro tema. ¿Cómo abordarla sin quedar como un pervertido? "Hola, ¿qué tal? Te vi por internet, vi como te desnudas, quisiera ser parte de tu show, podemos tener relaciones mientras el público nos paga". Era sencillo pero impracticable. Me considero atractivo, pero claramente no a su nivel. O capaz no es tan atractiva, pero luego de verla durante días y días, había perdido la capacidad de ser objetivo. Además lo hacía tan natural que terminabas sintiendo que la conocías, aunque ni sabías como se llamaba, porque seguramente su nombre no era Mimí. La fantasía de la webcam funciona así. Al estar solo, pensas que se está desnudando para vos y no para otros cuarenta mil tipos que van aportando moneda a moneda para que el striptease no cese. Finalmente me animé y le hablé. Ella lucia desorientada. Se notaba a la legua que no era lo más común del mundo toparse con un fan en el chino de su barrio. Luego de propinarle unos halagos vergonzosos, se despidió rápidamente y se fue sin haber comprado nada. Había logrado decirle mi usuario y me prometió que me haría una mención especial en el show de esa noche. No llegué a mencionarle lo del dúo, pero ahora que ya me tenia en el mapa, en el próximo encuentro podría sugerírselo al pasar, a ver si se mostraba interesada. Paso a paso.
Esa noche dio, en mi humilde opinión, el mejor show. No sé si estaba inspirada o si toparse con un fan le dio un plus pero le llovieron propinas. Incluso yo, que ahora la conocía personalmente y me sentía en otro nivel con respecto a los demás, no pude ser menos y aporté unas monedas. No era un dineral, pero era algo, como para estar presente. Para que vea cuanto valoraba su trabajo me aseguré que vea mi donación y al finalizar el show cumplió su palabra y me mandó un saludo afectuoso.

No fue hasta varios días después, que entendí cómo me había perjudicado ese encuentro fortuito en el chino. Yo al sentirme en otro nivel, me sentía prácticamente obligado moralmente a ver todos sus shows y aportar todos los días, cosa que no hacía cuando era un número más. Ahora tenía una responsabilidad, me daba culpa si veía esos magníficos shows sin poner un peso. Luego de ver mucho material online, intenté hacer mis propios shows para recaudar algo de dinero para solventar mi nuevo hobby. Pero era un fracaso, me faltaba carisma y la vez que alguien se puso verlo, se fue a los treinta segundos. Tenía que encontrar la manera para que Mimí me sume a su show. En el primer encuentro, además de mi usuario, le dejé mi teléfono. No recuerdo que pretexto le dije para que lo anotase. Supongo que la fantasía era que me llame una noche que se sintiese sola. ¿Porqué habría de llamarme a mi? ¿Al freak que la ve todas la noches? Para mi sorpresa, un día lo hizo. No sé si se alinearon los planetas o qué pasó, pero mi teléfono sonó y era Mimí. Hablamos durante horas de cosas sin importancia, hasta que no me pude aguantar más y le tiré la bomba. Le sugerí que podría añadir una pareja a su show, y el dinero le entraría a raudales. Me comentó que lo había pensado pero aún no encontraba alguien apto para tal empresa. Ni lento ni perezoso me ofrecí desinteresadamente, como si no fuese la gran cosa. Me dijo que haríamos una prueba de cámara y si los resultados eran positivos tendríamos que hablar seriamente de este proyecto.

La prueba de cámara no pudo salir peor. Preparó la cámara,las luces, la cama, la música, todo para tener una sesión de sexo furioso, desenfrenado y filmado para luego discutir poses, miradas, gemidos y otras cosas que se pueden mejorar en una performance . Pero no pudo prepararme a mi. Justo antes de encender el aparato entré en pánico. No se como explicarlo pero sudaba profusamente, me temblaban las manos y sentía como esa cámara me seguía para donde fuese. Era la idea, lo sé, pero no me la pude sacar de la cabeza. Miedo escénico, hasta esa noche había pensado que eso era una paparruchada. Fue un bochorno y supuse que Mimí no me iba a dirigir la palabra nunca más. Era lo más previsible. Le había hecho perder el tiempo. Un tipo se la quiere voltear e inventa la excusa de sumarse al show para eso. Le debe haber pasado mil veces, pero seguramente no con este triste resultado. Yo estaba muy avergonzado, luego de ese episodio dejé de atenderle el teléfono y con el tiempo dejó de llamar, aunque la miraba extasiado todas las noches y aportaba lo que mis escasos ahorros me permitían. Incluso conseguí un trabajo para poder despilfarrar dinero en ese vicio nocturno.
Un tiempo después estaba comprando queso en el chino de casa y la vi. Traté de no clavarle la vista para que no se percatara de mi presencia. Traté.

DARIO BESADA
28/10/2018
37 AÑOS


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