Futuro prometedor

De grande voy a ser un sicario. No, un sicario no. El mejor, el más cotizado, el que nunca falla, al que acuden para misiones imposibles. Todavía soy chico, me falta mucho por aprender. En ese tiempo va a haber métodos tecnológicos modernos para ponerme en contacto con mis clientes pero a la vez que no queden rastros. La policía, la Interpol y todo el mundo me va a querer atrapar. Van a saber de mi únicamente porque voy a dejar una tarjeta de presentación o algo así, en la escena del crimen. Para que ningún otro cuatro de copas se lleve el crédito por mis hazañas.


Todavía falta, hoy estoy acá, chapoteando mis piernas en una pileta mientras miro a una parejita, que charlan y se ríen y... epa, me miran y se ríen.

¿Qué significa eso? ¿Qué le dijo él a ella para que ella soltara esa carcajada mientras me miraba? Si fuese otra época, ese hubiese sido motivo suficiente para ser una víctima más. ¿Cómo te me vas a reír así? Reíte mientras aún sea inofensivo. Aprovechá. Voy a ser letal. Ya van a ver. Nadie se lo va a ver venir, voy a parecer el tipo más bueno del mundo. El más bueno y el más letal.

En eso, veo que la muchacha se me acerca, sonriendo. El pibe se agarra la cabeza mientras estalla de la risa. El paso de la chica es firme y cuando llega, solo me dice: ¿Qué querés ser cuando seas grande?

Y me lo tiró así, como si fuese una pregunta más. Que mujer entrometida, por dios. ¿Y ahora que hago? Si le digo la verdad, se lo podría tomar como un chiste o me podría denunciar. Seguramente se lo tome como un chiste y más si después de decirlo, suelto una carcajada.

Pasaban los segundos y ella estaba ahí, detenida en el tiempo, esperando una respuesta trivial. Era bastante evidente que con su novio habían apostado por mi respuesta. Me intrigaba que había dicho cada uno. Tengo cara de.... arquitecto? Médico? Contador? Enfermero? Sicario?

Sólo podía responder una cosa, así que puse cara de pocos amigos y le dije: -Eso... es algo muy personal

Ella me miró, decepcionada. Dijo algo inentendible y volvió con su pareja, que explotó de la risa al escuchar mi respuesta.
Después de toda esa interacción me tenía que ir, así que saqué las piernas de las termas y me fui sin mirar atrás. ¿Esto habrá sido una señal? ¿Alguien me está vigilando? Voy a tener que tener mucho cuidado cuando sea grande, tal vez de alguna manera los peces gordos de la policía Internacional ya conocen mi potencial. Tal vez ya saben que voy a ser muy bueno y muy letal.

DARIO BESADA
38 AÑOS
09/03/2021

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