Tic tac tic tac tic...
Dale, flaco, levantate. Hace varios minutos que te estoy avisando que ya es la hora. Pero claro, anoche te quedaste pelotudeando hasta cualquier hora con netflix, y ahora vas a ser un zombie por el resto del día. Igual mi miedo es que cuando finalmente decidas levantarte, en un arrojo de ira, me tires contra la pared o contra el piso o contra algo duro, como ya sucedió más de una vez. Y tu chiche nuevo, no te avisa. No sirve para nada. Solo conservás ese trabajo, porque yo, todos los benditos días, decidido despertarte. Podría no hacerlo. Fingir que me quedé sin energía y ya. Pagaste una fortuna por ese celular y ni siquiera te despierta. Qué despilfarro. Yo te conozco hace años, sé que en breve vas a pegar un salto épico de la cama, vas a aterrizar en la ducha, a putear porque la vas a prender y te vas a congelar antes de que el agua se caliente. Esto pasa con cierta frecuencia. Una vez cada quince días mas o menos y lo pago yo. Espero que esta vez me tires contra el sillón. Me ...