¿Destino o mera casualidad?

Salió del bar de la YPF apurado porque iba a llegar tarde a una importante reunión de trabajo. No había terminado de cerrar la puerta cuando se quedó petrificado. Sus ojos la habían visto. Ella también había sentido esa conexión. Se quedaron mirándose unos segundos, sin decir palabras hasta que ella atinó a decirle: -¿Vamos por un café? Él miró su reloj de marca y a regañadientes le respondió: -Bueno, dale, tengo veinte minutos nomás Se sentaron en unos sillones, la mesita era baja, como si fuese una mesita ratona. No volvieron a emitir comentario. Solo se contemplaban en silencio. Como si un campo de fuerza invisible les hubiese robado la capacidad del habla. Sus ojos se escrutaban. iban de un ojo al otro, a una velocidad frenética. Ni siquiera querían perder tiempo en pestañar. Todo ese clima surrealista se rompió en cuanto el camarero les preguntó que iban a tomar. Él anticipándose a ella le respondió: -Dos cortados en jarrito, por favor Ella amagó a protestar, y se detuv...