La vida son decisiones

 La vi sentada, charlando de la vida con nuestros amigos, de la mano de él. Pero eso no me llamó la atención, era algo habitual. Hubo algo en esa escena que me paralizó el corazón. La yema de sus dedos, sobre la palma de su mano. Estaba haciendo un circulo. Cada vez que su dedo llegaba al inicio, yo sentía un cuchillazo. Esa imagen transmitía lo peor. No era sexo, aunque imaginarla con él me revolvía el estómago. Era algo mucho peor. Cada vez que hacía un círculo completo con la yema de su dedo, yo podía ver intimidad. Como si esos fines de semana nunca hubiesen ocurrido, como si los viajes de él no la hubiesen hecho sentir abandonada. Como si todo estuviese espléndido entre ellos. Yo no podía dejar de mirar ese dedo haciendo ese cÍrculo, hasta que en un momento determinado, me vio con la mirada clavada en esa mano. No lo terminó, presintiendo lo que significaba. Siguió contando anécdotas como si nada hubiese pasado. A la noche, ya solo en mi cama, recibí su mensaje: 

E: No podemos seguir así.

Y: ¿Por qué no terminaste el círculo?

E: ….. No pude

Y: ¿Él lo sabe?

E: Me vio tan alegre cuando volvió la última vez, que lo debe sospechar

Y: Me revuelve el estómago imaginarte compartiendo la cama con él.

E: Ya sé, pero... No le puedo decir que me anduve revolcando con uno de sus mejores amigos

Y: Revolcando..... ¿Eso soy? ¿Un poco de sexo alocado cuando te sentís sola?

E: Es un buen tipo. Amoroso, dedicado, si se entera de esto le vamos a romper el corazón. No se lo merece

Y: Yo no tenía planeado enamorarme de la mujer de uno de mis mejores amigos, eh. 

E: Enamorarte.... Es un montón

Y: Es lo que me pasa. Para vos no soy nada, ¿No?

E: No, si eso fuese así, te hubiera dejado hace meses, pero no puedo hacerlo. 

Y: La vida son decisiones. ¿Con quién te ves en 20 años, con él o conmigo? 

E: No es justo, hace años que estoy con él, en su momento sentí cosas muy fuertes, y vos sos algo nuevo y movilizante, quizás en X tiempo se me apagan todas las cosas que me pasan cuando me miras

Y: La vida son decisiones. No puedo ni quiero seguir así. Avisame de tu decisión.

Pasaron los días y no tuve noticias suyas. Un tiempo después, mientras volvía de una reunión laboral que se había extendido hasta la madrugada, detenido en un semáforo se me paró un auto al lado. Me lo quedé mirando y me asombré de lo triste que estaba. Ese auto me hacía acordar a ella, era igual al suyo. En eso quise ver quien lo manejaba, para ver si había alguien feliz dentro y la vi. Sonriendo. Hacía meses que yo no sonreía, y ahí estaba ella, pasando un gran momento. Cuando quise ver si mi amigo también estaba sonriendo, observé que no era él, sino otro de mis amigos. Agarré el cel sin pensarlo y le mandé un mensaje:

Y: ¿En qué andas?

Ella revisó el celular, suspiró, y contestó: 

E: En la cama, a punto de dormir. Él se fue de viaje de nuevo. No sé bien cuando vuelve, por eso no te avisé. 

Y: Ah, está bien, solo quería saber como andabas. Que descanses

Leyó el último mensaje, besó apasionadamente a su copiloto y justo antes de ponerse en verde, arrancó, dejándome ahí, en medio de la calle con el corazón al rojo vivo, un celular y una decisión por tomar. 


DARIO BESADA

22/11/2023

EDAD: 41 AÑOS

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