La bestia

 Se despertó y estaba en un calabozo. No era de grandes dimensiones ni estaba solo. Otro joven de su misma edad lo miraba divertido.

Joven 1: ¿Qué me pasó?  ¿Qué hago acá?

Joven 2: Muchas preguntas. Te trajo el viejo. Estaba enojadísimo.  ¿Qué le hiciste?

1: ¿Un viejo? … Ah, ahora me acuerdo. Yo estaba caminando por la calle y me choqué con un viejo. Cuando me levanté, él estaba tirado, panza arriba, con las manos y patas al aire, cual tortuga. Creo que no pude contener la risa

2: Típico. Me pasó lo mismo. Exactamente lo mismo de hecho. Es su forma de caer. Y se enojó tanto por la burla que me drogó y me desperté acá, hace ya unos meses.

1: ¿Unos meses? Pero... mi mujer me espera para cenar! Es nuestro aniversario. Si la planto de nuevo, me deja!

2: No vas a llegar a esa velada romántica. Es que el viejo va tan en su mundo que choca y cae panza arriba. Es muy difícil no descostillarse de risa ante esa imagen

1: ¿Vos estas acá hace meses? ¿Cómo sé que no sos un cómplice y te queres ganar mi confianza?

2: ¿Tu confianza para qué? ¿Acaso enterraste un botín millonario en alguna isla?

1: Podría haberlo hecho, si

2: Contame de esa isla entonces

1: No hay isla! ¿Cómo salimos de acá para que llegue a cenar con mi esposa?

2: Para cenar no vas a llegar. Metas posibles. Hace unas semanas que vengo pensando un plan, pero es mucho más... fuerte, si lo hacemos de a dos.

1: Contame!

2: Viste que por lo visto el viejo tiene una autoestima... frágil y colapsa cuando se ríen de él?

1: Por lo visto, si. Se enfurece y te secuestra

2: Pero no es un asesino, no tiene idea como matarme, ni a vos. No sabe que hacer con eso. 

1: ¿Entonces?

2: Vamos a provocarle otro colapso. Vos seguime la corriente. En unas horas nos va a traer la comida. Secuestrados, si, pero el viejo cocina como los dioses. Digamos todo.


Un par de horas después, por la diminuta escalera, bajó el viejo con una bandeja con comida para un batallón.

Viejo: Bueno, veo que el burlón ya se despertó. Deben estar hambrientos. 

2: Ahora que somos dos, ¿Ya sabes que vas a hacer con nosotros?

Viejo: Voy a hacer que paguen la humillación que me hicieron pasar! En la vía publica, a la vista de todo el mundo. No hay perdón. El gremio va quedar satisfecho

2: ¿El gremio? ¿Y qué nos vas a hacer? ¿Nos vas a torturar, nos vas a matar? ¿Ya pensaste donde vas a enterrar nuestros cuerpos? Con esos brazos desgarbados no vas a poder cavar en este suelo. 

Viejo: Claro que los voy a matar, ¿Qué te pensas? Muejejejeje

El joven estalló en una carcajada, y le hizo señas al otro joven para que lo imitara. En pocos segundos, los dos estaban tirados en el piso, tentados de la risa

Viejo: ¿Qué les pasa ahora?

1: Disculpame, pero... ¿Esa es tu risa maligna?

2: Perdon, no quisimos reírnos así, pero no nos esperábamos semejante... risa maligna

Viejo: Es una gran risa maligna, hace meses que la vengo practicando. 

2: En mi opinión, no deberías hacerla frente a gente. Nosotros capaz, si nos concentramos, vamos a poder evitar reírnos, pero la gente de afuera, se va a burlar de vos de por vida

1: Yo creo que se puede entrenar. Debe haber algún instituto de risas malignas, al que vas y pum, en 6 meses salís teniendo una risa diabólica. Me niego a creer que estuviste entrenando y eso es lo mejor que podes hacer

Viejo: Ustedes no saben nada. La gente entra en pánico cuando suelto a "La bestia"

2: ¿La que?

Viejo: Así se llama: "La bestia". 

1: Esa pseudo risa....

Viejo: Ningún pseudo

1: Bueno, ese intento de....

Viejo: Que no es un intento. Es una risa maligna hecha y derecha y hasta bautizada. Incluso puse un cartel de advertencia para la humanidad, miren.

Haciendo un esfuerzo sobrehumano para no estallar de la risa, los dos jóvenes leyeron el cartel que el viejo acababa de colgar en una de las paredes del sótano, este decía: Si liberan a "La bestia", morirán

1: Como que le queda ALGO grande el mote de "La bestia", ¿No?

2: Un poco inmenso, si

1: ¿Lo ayudamos?

2: No se lo merece. Mirá como nos tiene

Viejo: ¿Ustedes pueden ayudarme a que mi risa asuste a todo el mundo?

1: Pero si, hombre. Lo primero que tenes que hacer es traer un espejo

Viejo: ¿Un espejo para que?

2: Para ensayar, ¿Para que va a ser? Te pensas que te vamos a decir los tips y ¿Te va a salir de una? No. Viendo de donde partimos, va a ser un proceso largo

Viejo: Tengo un evento el fin de semana. Me vendría bien una risa diabólica. ¿Llegamos?

1 y 2: No!

Viejo: ¿Tan lejos estoy? Miren: Mueeejejejejeje!

Los dos jóvenes se volvieron a arrojar al piso y estuvieron un buen rato riéndose en forma exagerada. El viejo enfurecido les gritó que se detuvieran.

Viejo: Bueno bueno, ya entendí. Voy a traer el espejo.... mejor voy a comprar un espejo especial para esta guarida.

1: Hace un rato dijiste algo de un gremio y que tenes un evento el fin de semana, ¿Esto no será.....?

Viejo: Si, el gremio de los villanos. Empapelaron toda la ciudad con sus afiches en busca de nuevos adeptos y creo que estoy a la altura.

1: Recuerdo estar viendo esos afiches cuando chocamos. ¿Pensás que un gremio tan antiguo y prestigioso te va a aceptar por tener a dos pibes secuestrados? jaja

Viejo: Ustedes no son los primeros, ¿Qué te crees? ¿Qué empecé con él? muuejejeje

2: Dejá de reirte así. Definitivamente fui el primero, no me olvido lo nervioso que estabas. Incluso me suplicaste que no te delatara si me liberabas. Por no hablar de la noche que te la pasaste llorando en un rincón.

Viejo: Emmm, eso nunca pasó. Lo debiste haber soñado. Tengo mucha experiencia. Este suelo está repleto de cadáveres de hombres rudos que se me cruzaron en el camino

1: ¿Hombres rudos? jaja, Nosotros somos niños, pero si esto se lo hacías a un hombre rudo, como les decís, hoy estarías muerto. No tenes la postura, la fuerza, ni el temple de un villano. Podes tener la risa si te dejas ayudar, pero eso es todo. 

Viejo: Todos los años, el gremio hace una votación entre sus miembros. El que sale seleccionado, gana el titulo de Supervillano. Esa es mi meta en esta vida. Lo voy a lograr con o sin su ayuda. 

2: ¿Supervillano? ¿Vos? ¿Con esa cara deforme? ¿Con esa mente limitada? ¿Con esa risa patética? Es más probable que la esposa de él lo perdone por plantarla en su aniversario

1:  Me va a perdonar!

2: Y él es un supervillano, si.

Viejo: Ya callense! Por culpa de ustedes dos, en este pueblo soy un hazmerreir. Me voy a mudar a una ciudad mas grande, digna de un supervillano, donde nadie me conozca y donde pueda sembrar el pánico. Donde la gente me vea y corra, y grite. Donde "La bestia" provoque suicidios masivos

1: Y dale con La bestia. Si la soltas, la gente se puede morir, si, pero de risa.

2: Ya veo los titulares de los diarios: Un viejo deforme mata de risa a un centenar de transeúntes

Viejo: Ustedes no saben de que hablan. Muejeje!

1: Che, y si le pones unas "i", en lugar de esas "E"?

2: Si, unas "i", lo haría mas acorde a tu nefasta complexión física.

Viejo: a ver: Muijijiji

1: .... No, es una batalla perdida. ¿Otro sueño no tenes?

2: Uno más... accesible dado esto que sos.

Viejo: Podría matarlos en este mismo instante. Pero mi mente privilegiada de villano me dice que es mucho mas divertido dejarlos acá, encerrados, a ver si logran escaparse en algún momento. Antes de irme de la ciudad, le voy a mandar saludos a tu ex. Muijijiji

1: Actual!

2: La perdiste. Asumilo de una vez. ¿Tenes una foto? Yo estoy soltero eh, cuando salgamos de acá, me vendría bien conocer gente nueva. 

Viejo: Si es que alguna vez logran salir

1: Mi mujer me va a estar esperando.

Viejo y 2: - Si, claro.


El viejo necesitaba cambiar de aires urgentemente. Vender la casa y mudarse a otra ciudad, donde nadie lo reconociese y donde pudiera forjar su fama de villano como creía que su destino le dictaba. Puso en venta la propiedad a un precio muy por debajo de lo que le indicaba el mercado. A los pocos días una pareja se interesó en comprarla y la visitó. Estaba muy barata, la pareja sospechaba que algo raro tenia que tener. Tal vez humedad, o los caños no servirían más. Hasta el techo podría tener filtraciones, pero ella era arquitecta y él un poco albañil, plomero, electricista y esas cosas, así que pensaban que cualquiera que fuese la trampa que tuviera la casa, lo podrían remediar. Realmente estaba muy barata. El viejo se mostraba sombrío a mostrarles los ambientes, sin hablar de más y haciendo lo humanamente posible para evitar mostrar lo urgido que estaba por deshacerse de esa casa. En un momento la pareja se topó con una puerta y le preguntó si podría ver que había del otro lado. El viejo, se frotó las manos y dijo: 

Viejo: -Hay puertas que no deberían abrirse. 

Lo dijo en un tono enigmático, sin embargo un pequeño escalofrío recorrió el cuerpo de los interesados. Finalmente abrió la puerta de par en par y quedó a la vista una habitación inmensa, con decoraciones lujosas. La pareja suspiró aliviada y finalmente compraron la casa, con todo lo que había dentro. El viejo no se iba a llevar nada. Nada. 

Al día siguiente, el muchacho, flamante nuevo dueño de la casa, se puso a inspeccionar la biblioteca. Estaba repleta de libros que posiblemente nunca jamás leería, sin embargo encontró uno medio salido, que hablaba sobre construcciones y lo quiso agarrar porque tal vez le serviría para su profesión. En cuanto intentó retirarlo del estante, notó que algo lo trababa, así que tiró con más fuerza y de pronto la biblioteca se abrió en dos, dando paso a un pequeña escalera caracol. Había un sótano. Contuvo un grito de sorpresa y luego de meditarlo unos segundos bajó la escalera. Después de todo, esa era su casa. Al llegar abajo, pudo ver el calabozo donde estaba los dos jóvenes. Colgadas en una pared vio un manojo de llaves. Casi instintivamente corrió hacia ellas, para abrir la celda donde estaban los jóvenes. No sabia si estaban dormidos, inconscientes o muertos, pero tal vez cada segundo contaba. Agarró las llaves y en eso, se despertaron los dos presos. Le empezaron a suplicar que los dejara salir. El se acercó a la cerradura e instintivamente miró de reojo un cartel que había en una pared: "Hay puertas que no deberían abrirse"

Los jóvenes ya no le suplicaban, sino que le exigían que los liberara. Por un segundo recordó la frase que le había dicho el viejo siniestro y volvió a sentir el mismo escalofrío. Se paralizó y casi sin quererlo bajó la mirada y se encontró con un segundo cartel que leyó muy lentamente: "Si liberan a La Bestia, morirán". En eso la mujer encontró el pasadizo y empezó a bajar torpemente. Cuando vio la celda y los jóvenes encerrados dentro, le empezó a gritar a su esposo para que los liberara urgentemente. Él, aún paralizado, casi tartamudeando, le dijo que leyera los carteles de la pared. Ella luego de leerlos, le gritó: PARÁÁAAAAAAAAAAA!


DARIO BESADA

23/12/2024

EDAD: 42 AÑOS





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