La Liga (Parte 7)

El Dueño y Mayer se reunieron en las afueras de la ciudad. Hacía mucho tiempo que no se veían. Cierta tensión se apoderó del encuentro, hasta que Mayer rompió el silencio:

M: - Sabías que este día llegaría tarde o temprano

D: - ¿ Porqué lo hiciste ?

M: - Porque necesitabas saber que ese sueño absurdo que tenias vos y nuestro padre, no era más que eso, un sueño absurdo, fácilmente corrompible

D: - El te dejó toda su fortuna, como siempre soñaste. Nunca quisiste saber nada con La Liga, por eso me la dejó a mi, ¿ No te bastó?

M: - Me dejó su dinero, y a vos su sueño, ¿Te parece justo?

D: - Ahora toda la policia de la ciudad va estar tras mis pasos. Seguramente algunos de los hampones que se entregaron me delatarán. ¿ Estas satisfecho ?

M: - Lo estaré cuando te vea tras las rejas.

No había nada más de que hablar, los años compartidos durante la infancia eran sólo un tenue recuerdo. Mayer no quería matar a su hermano, solo quería que sienta lo mismo que sintió cuando su padre a la hora de partir su legado eligió a su hermano por sobre él. Mandarlo a prisión sería suficiente humillación.

El hurto del Plasmo sólo había sido una treta para desbaratar a La Liga. Necesitaba un integrante de ella para hacerla caer, y en todo este tiempo ningún ladrón había cometido la estupidez de meterse con Mayer, hasta que apareció El Fantasma.

Su encuentro con El Fantasma había resultado mejor de lo esperado. Luego de torturarlo varias horas con técnicas inhumanas, finalmente lo quebró. Le contó todo lo que quería escuchar. Sus ojos se iluminaron cuando de su boca salieron las palabras: El Dueño.

Grabó toda la sesión de tortura, cuidando que no se vea nada salvo la cara del Fantasma, y lo que decía. Reviso el tape una y otra vez para corroborar de que nada en esa cinta de video lo pueda incriminar y se la envió a la policia.

Ahora la policía buscaría al Dueño. El lider de la Liga. Esa Liga que los tenía desconcertados. Cuyos cientos de integrantes se habían entregado sorpresiva y voluntariamente en las últimas horas.

El Dueño estaba abatido, su sueño y el de su padre se caía a pedazos. La Liga había salido a la luz, los integrantes se habían entregado, lo habían delatado, y los miembros del comité habían huído. Un panorama completamente desolador. Pero podía empeorar.

(CONTINUARA!!!)

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