El Mágico
Goooooool!!!! El Mágico lo había conseguido de nuevo. Saltó más que nadie para impactar esa pelota con un frentazo brutal y colocarla junto al palo. Los espectadores estaban fuera de sí. Se abrazaban, gritaban y bailaban. No sabían que hacer ni como agradecerle a ese muchacho por todo lo que había hecho y estaba haciendo por su humilde club. Los hinchas lo idolatraban. Era ese tipo de fanatismo irracional, que cuando intentas explicárselo a alguien, no tiene lógica ni sentido. Lo amaban. Había puesto el 1-1 luego de un tiro de esquina. Se había elevado como un dios. Incluso para algunos de los fanáticos más radicales había levitado, o flotado, o algo de eso. Si, no podía ser, pero lo juraban y lo juraban. Saltó, flotó, esperó que le llegue la bocha y cabeceó lejos del arquero. Esa pasión no admitía discusión alguna. El partido ahora estaba 1-1, aún les faltaba un gol para lograr el ansiado campeonato. Sería algo histórico. Un club de barrio, como Yapeyú, peleando, mano a mano, cont...