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Mostrando entradas de septiembre, 2010

La Liga (Parte 4)

Algo nervioso, puso la joya dentro de un bolso que había preparado especialmente para la ocasión. Pensó en dejar alguna nota burlona, pero no estaba seguro si quería tener al ejercito de seguridad de Mayer en busca de su cabeza. El anonimato lo reconfortó. A los pocos días se realizó la ceremonia semanal en la Liga, donde todos los ladrones presentaban sus botines y alardeaban sobre sus victimas. Era el momento preciso para que el Fantasma los deje atónitos. Llegó su turno. Se paró frente a la multitud de ojos que lo escrutaban. En el atril de los trofeos ubicó "El Plasmo" y no dijo absolutamente nada. Esperó las reacciones, los aplausos, los halagos, o lo que acostumbraran hacer ante semejante logro. Esperó y esperó. Solo atinó a escuchar un mar de murmullos, hastá que alguien exclamó: L1: -Pero... eso es el Plasmo???? F: -Pues lo parece, no? L2: -¿En que estabas pensando cuando cometiste semejante locura? F: -¿Locura? No creo que La Liga esté integrada por cobardes

La Liga (Parte 3)

El Fantasma no quería debutar en La Liga con un desafío. Por eso necesitaba apresurarse antes que a Mayer le cuelguen el cartel de: "Róbenme". Escogió una pequeña casa que Mayer tenía en las afueras de la ciudad, que solía utilizar cuando quería pescar. Practicamente tenía una casa para cada actividad. No había guardias de seguridad, no había alarmas, no había habitantes. No había nada. Era el blanco perfecto. El tema era... si no había nada defendiendo, era muy posible que no hubiese qué defender. Le preocupaba que una vez dentro de la casa, no encuentre nada realmente de valor como para impresionar a La Liga. Así que iba a necesitar tiempo adentro de la casa para encontrar el botín adecuado. También era importante que Mayer sienta el impacto del robo. Que se moleste porque alguien osó asaltarlo. Una vez dentro de la casa, sus ojos se le nublaron al contemplarlo. No podía creer que estuviese viendo, en vivo , en directo, y al alcance de su mano semejante joya. El c

La Liga (Parte 2)

Consideró que luego de semejante honor, tendría que dar un golpe importante, como para dar que hablar, como para retribuir la confianza que habían depositado en él. Nunca había realizado un robo a gran escala, y en parte lo atemorizaba la idea. Pero si alguna vez lo iba a hacer, este era el momento adecuado. Estuvo unos días buscando una víctima a la altura de las circunstancias. No podía ser un robo más. Y luego de analizarlo, encontró a su presa. Se trataba de un excéntrico millonario. Que tenía varias propiedades repartidas en la ciudad. No todas estaban adecuadamente vigiladas. Tampoco tenía fortunas en esas propiedades. Pero no necesitaba fortunas. Solo asaltar la casa, llevarse algo y asombrar a los miembros y jurados de la Liga. La victima en esta ocasión era Claudio Mayer. Un treintañero multimillonario, que nunca trabajó en su vida. Esa clase de millonario que recibió una herencia muy generosa, y solo se encargó de disfrutarla. No despilfarraba, como otros. Sabía cuánto te

La Liga

Era un tipo idealista. Realmente deseaba tener un grupo donde contar sus aventuras en el ámbito del crimen. Un lugar donde sentirse escuchado y comprendido. Donde todo ladrón pudiese contar y jactarse de sus hazañas.  Robar casas no es tan divertido si no tenés con quien comentarlo, había perdido ese no sé qué. Esa chispa de cuando empezó, de cuando robó su primera cabaña, esos nervios, esa adrenalina. Ahora era más rutinario el tema. Lo tomaba casi como un trabajo. Una casa por día. Era monótono y hasta aburrido. Tenía que encontrarle la vuelta. Algo como una competencia entre pares. Competir por ser el mejor ladrón del mes o del año, era un reto más que aceptable. Frecuentando algunos bares y con cierta reputación a cuestas, le llegó el comentario de la existencia de La Liga. El título no podía ser más específico por temas meramente legales, y evidentes. La Liga. Sus oraciones parecieron ser escuchadas. Un lugar donde los participantes compiten. Traen sus botines. Indican que casa